Kagome lleva una vida bastante normal, a pesar de su extraña familia. Su casa es un milenario templo japonés, y su abuelo habla sobre su historia sin cesar. La leyenda dice que el viejo pozo que hay en el templo mantiene atrapado a un antiguo monstruo en su interior; Kagome nunca creyó estas leyendas, hasta ahora. El pozo se abre y arrastra a Kagome dentro de él, transportándola a un tiempo pasado con bosques encantados y gigantescos demonios.
Kagome es rápidamente amenazada por su parecido con Kikuyo, la chica que controlaba el mágico talismán Shikon no Tama y aprisionó al legendario medio-demonio Inu-Yasha. Tras entrar en este mundo de fantasía, Kagome es atacada por un demonio que busca la Shikon no Tama; y libera involuntariamente a Inu-Yasha de su prisión sólo para descubrir que en realidad él no es ningún héroe.
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